LA MAYORIA SE TRATA DE OLIVOS Y PISTACHOS EN SISTEMA DE SECANO
A lo largo de todo el año 2017 se ha ido realizando la ejecución de nuevas plantaciones, tanto de Olivar como de Pistacho, en sistemas de secano (en su mayoría). El primer objetivo del agricultor sería llevar a cabo una plantación lo más adecuada posible a las condiciones de nuestros suelos. Por lo general, se trata de suelos arcillosos y con un contenido bajo en materia orgánica, en relación Carbono/Nitrógeno, en fósforo y en microelementos. De entre los macronutrientes tenemos niveles aceptables de Nitrógeno, Potasio, Calcio y Magnesio.
En base a estos parámetros, necesitamos realizar unas aportaciones en el momento de la plantación para que ayuden a las plantas a desarrollar bien las raíces y disminuir el estrés por falta de agua.
Para plantaciones nuevas, se recomiendan las siguientes aportaciones:
1. -En Olivar, antes de plantar:
– 10-20 kg de Compost. Mejora de la estructura del suelo.
– 20 gr de Polímeros. Aumenta la retención y disponibilidad de agua para la planta.
– 150 gr de abono rico en fósforo. Aumenta la cantidad de raíces y sus ramificaciones.
2. -En Pistachos, antes de plantar:
– 10-20 kg de Compost. Mejora de la estructura del suelo.
– 20 gr de Polímeros. Aumenta retención y disponibilidad de agua en el suelo.
– 200 gr de abono rico en fósforo. Mejora el enraizamiento de la planta.
El compost facilita la aireación del suelo y la disponibilidad de nutrientes para las plantas, en concreto el fósforo, pues el ph alto de nuestros suelos hace que queden bloqueados y las plantas no puedan tomarlo. El fósforo favorece además un mejor y mayor enraizamiento. Así mismo, el empleo de compost aumenta la relación Carbono/nitrógeno que tienen los suelos, y ello favorece que el nitrógeno del suelo cercano a las raíces sea asimilable.
Un elemento que estamos padeciendo durante estos últimos años es la reiterada falta de lluvias, agotándose las reservas del suelo, por lo que las plantaciones jóvenes entran antes en parada de verano, reduciendo el crecimiento vegetativo y debilitándolo debido al estrés. Con la aportación de polímeros, conseguimos una recarga extra de agua en el suelo, encontrándose siempre a disposición de la planta. Su empleo tiene que ser en el fondo del hoyo de plantación, para que no se degrade con la luz y además para que las raíces no se suban a la superficie.
Estas recomendaciones son de carácter general, por lo que les recomendamos que contacten con nuestro Servicio Técnico para una mejor adaptación del sistema propuesto según los requerimientos y necesidades de nuestros socios.
