HAY QUE EMPEZAR EN EL CAMPO CON UNA CORRECTA SEPARACION DE LAS ACEITUNAS
La buena climatología del mes de Noviembre está favoreciendo una rápida recolección de la aceituna, habiéndo entrado en nuestra almazara, en pocas semanas, más de un tercio del total de la cosecha esperada, una cosecha que quizá supere la media de las últimas campañas.
Como en los pasados años, tenemos que incidir en la necesidad de que se pongan los medios necesarios para obtener un aceite de calidad. Para ello hay que empezar en el campo con una correcta separación de las aceitunas.
Qué duda cabe que aceitunas en malas condiciones (aceituna jabonosa…) o mezcladas (suelo y vuelo) inciden directamente sobre la calidad, no solo de esa partida, sino sobre la totalidad del depósito donde se almacene, provocando una menor clasificación del aceite.
El asunto toma una mayor relevancia si tenemos en cuenta que la diferencia en precio entre un aceite virgen extra y un aceite virgen ronda del orden del 10-20 %. A este respecto, y atendiendo a la importancia de obtener aceites de máxima calidad, se están intensificando los controles sobre la aceituna entregada. Se están comprobando especialmente aspectos como que el fruto venga sano y no mezclado. De no ser así, los resultados de los controles de acidez que se están realizando darán lugar a las sanciones correspondientes.
Aceituna Jabonosa: Esta enfermedad, en aumento en los últimos años, tiene gran repercusión sobre la calidad final del aceite, por lo que hay que unirla al fruto recogido del suelo. Explicamos a continuación cómo reconocerla y los daños concretos que causa. Los primeros síntomas se manifiestan mediante una mancha ocre aceitosa alrededor del punto de entrada de la infección, produciendo después conidias de color rosa en zonas concéntricas. La infección puede producirse en frutos verdes o cuando cambian de color, y en momentos cercanos a la madurez, en función de la variedad. Tras la infección, en las manchas provocadas aparecen unas conidias que segregan una sustancia gelatinosa de color amarillento, inicialmente y pardo después. Las partes atacadas quedan acorchadas y el fruto se momifica, estropeándose la piel. Como consecuencia la aceituna se cae, baja el rendimiento notablemente y el aceite que se produce de estos frutos alcanza una acidez muy elevada.