ACEITUNA JABONOSA, REPILO Y MOSCA DEL OLIVO
Septiembre: por fin bajan las temperaturas y caen las primeras gotas de agua tan necesarias para el campo en general y el olivar en particular. Pero estas circunstancias tan esperadas y beneficiosas para el olivo tienen también su parte negativa y es que favorecen el desarrollo de plagas y enfermedades que durante el tiempo seco y caluroso del verano están controladas.Entre estas últimas nos encontramos con el repilo y la aceituna jabonosa o antracnosis.
LA ACEITUNA JABONOSA
Se trata de un hongo que ataca fundamentalmente al fruto aunque en algunas ocasiones también puede aparecer en hojas, madera y brotes. La invasión se suele producir sobre el mes de septiembre. Los primeros síntomas se manifiestan mediante una mancha ocre aceitosa alrededor del punto de entrada de la infección, que puede producirse en frutos aún verdes o cuando cambian de color y en momentos cercanos a la madurez, en función de la variedad. Se trata de un daño típico de años lluviosos, pues el hongo para desarrollarse necesita de una humedad relativa superior al 90 % y una temperatura alrededor de 25º C
La germinación del hongo es muy rápida y puede completar su ciclo en un máximo de 10 días. Pasa el invierno en los frutos caídos, provocando reinfecciones al año siguiente en el momento que se den las condiciones óptimas. Las manchas provocadas segregan una sustancia gelatinosa amarillenta inicialmente y pardo después. Las partes atacadas quedan acorchadas y el fruto se momifica, estropeándose la piel. Como consecuencia baja el rendimiento notablemente y el aceite que se produce de estos frutos alcanza una acidez muy elevada.
Los productos cúpricos dan buenos resultados. El caldo bordelés o el oxicloruro de cobre, añadiendo mojante si el producto no lo lleva, son los más utilizados. En rodales identificados donde la enfermedad es recurrente se puede tratar con trifloxistrobin (Flint). Los tratamientos son preventivos: cuando se prevea daño, se debe hacer un tratamiento en septiembre (combinado con algún otro para mosca, repilo, etc.) y repetir más adelante si hay lluvias o se trata de una zona endémica.
EL REPILO
Es una enfermedad producida por un hongo y está considerada como la micosis del olivo más extendida en todos los países olivareros. La consecuencia más importante es la intensa defoliación del arbolado, con el consiguiente debilitamiento y la disminución de la productividad. El síntoma más característico es la aparición en el haz de la hoja de unas manchas circulares de tamaño variable y coloración llamativa.
El hongo sobrevive en periodos desfavorables para su desarrollo en las hojas caídas y en las hojas afectadas que permanecen en el árbol, pudiéndose propagar la enfermedad durante todo el año, pero los periodos más frecuentes de infección son de septiembre a noviembre y de febrero a abril.
Medidas Culturales: Dada la gran repercusión que tiene la elevada humedad ambiental y el agua libre en el desarrollo de la enfermedad, son recomendables aquellas medidas culturales que favorecen la aireación y reduzcan la condensación, como son las podas que eviten copas densas y muy pobladas
Lucha Química: Los momentos óptimos de tratamiento corresponden a los dos periodos clásicos del final del verano o principios de otoño y de final de invierno (coincidiendo con el tratamiento de aceituna jabonosa). En variedades sensibles o zonas endémicas, con infecciones de repilo en verano elevado (más del 30-40% de hojas infectadas), es necesario tratar antes de las lluvias de final de verano o inicio de otoño y repetir este tratamiento en la primavera siguiente.
MOSCA DEL OLIVO
Durante los últimos días de agosto se procedió a realizar el primer tratamiento aéreo contra la mosca del olivo de este año, ya que así lo aconsejaban los niveles observados en las trampas situadas en el campo y el porcentaje de aceituna picada visto en los días anteriores.
El tratamiento empezó con unos días de retraso respecto a lo previsto debido al fuerte viento de levante que sopló, pero después se completó sin más interrupciones.
A la vista de los muestreos realizados tras el tratamiento el resultado ha sido bueno ya, que han descendido los niveles de incidencia de la plaga y hay muy poca aceituna picada, sin que además se haya observado picada viva. A esto también ha contribuido positivamente los días de calor que se han dado a principios de septiembre, que han potenciado el efecto del tratamiento.
