El sector cerealístico español prevé para los cultivos herbáceos una cosecha inferior a la de estos últimos años. Se acusan mermas debido a distintas circunstancias, como daños derivados de la fauna salvaje, de las heladas registradas en algunas zonas y fundamentalmente de la escasez de lluvias, a pesar de que el pasado mes de abril sí que resultó más húmedo y fresco de lo habitual en buena parte del territorio peninsular, sobre todo en el este.
Con superficies de siembra similares a años anteriores (5,7 millones de hectáreas) a excepción del trigo duro y el girasol, los rendimientos van a ser más bajos, teniendo en cuenta las pérdidas ocasionadas por las elevadas temperaturas del mes de febrero y la reiterada falta de agua a lo largo de todo el invierno, que han ocasionado el adelanto vegetativo de las plantas.
En algunas zonas de las provincias de Huelva, Cádiz, Córdoba, Sevilla, Cuenca y Ciudad Real se registran ya pérdidas irreparables de entre el 10 y el 20 por ciento en los cereales de invierno.
En esas mismas zonas se va a ver muy afectada la producción de paja en estos cultivos, porque es patente la falta de talla de las plantas afectadas.